Omar Fandiño se fue a los corrales del cielo


por Giovanni Saavedra

    “El Zamurito”
gsaavedra368@gmail.com 


Omar Fandiño se inicia en el mundo del toro  la edad de 8 años da sus primeros lances con la capa, luego incursiona como torero cómico afición que lo llevo luego a las puertas de las plazas de toros de Venezuela para así aprender el oficio de cuidador de toros y jefe de corrales a lo largo de cuatro décadas en este fascinante mundo del toro, para estar pendiente de lo que más le gustaba y amo el toro de lidia, profesión que fue adquiriendo experiencia a lo largo del tiempo.

Las pasiones que sintió al ejercer funciones inherentes por amor a la fiesta brava, logra llevar un sitial de honor en la plaza Monumental Román Eduardo Sandia de Mérida al igual que en otras plazas, ganándose el cariño de empresarios, ganaderos, toreros y en especial a la afición taurina venezolana que le supo agradecer con el corazón en la mano.
Entre sus tantos anécdotas  recuerdo una: en una feria del sol indultaron un toro de Don Hugo Domingo Molina “Rancho Grande”, por Gregorio Torres “Maravilla” el cual supo curarlo en los corrales a lo largo de un mes deciden levarlo a la ganadería donde al sacarlo de la manga el toro hizo por el y le pegado 3 cornadas en la pierna derecha y una fractura de costilla logrando recuperase y seguir con su pasión tarina”.

“El viejo cascarrabias” como le decían cariñosamente le llamaban sus amigos  del toro  siempre atento a su trabajo que supo llevar con mucho profesionalismo infatigable colaborador.

Nos hará mucha falta “Fandiño” su partida enlútese la tauromaquia venezolana especialmente la merideña, se fue el guardián de su corrales, que Dios lo ponga en el mejor pedestal taurino del cielo.

“Nadie es reemplazable cuando cuando el amor es tan grande”.

PAZ A SU ALMA

Omar junto a su hijo  recibiendo reconocimiento por su labor


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