Rafael Orellana, triunfador de la 50° Feria de la Chiquinquirá 2015
Rafael Orellana con una larga trayectoria en los ruedos venezolanos y extranjeros |
Rafael Orellana, triunfador de la 50° Feria de la Chiquinquirá.
Por. Giovanni Saavedra
"El Zamurito"
Rafael Orellana, triunfador de la 50°
Feria de la Chiquinquirá en Maracaibo, expresó su alegría tras obtener
su segundo Rosario de Oro como el mejor torero en la Plaza Monumental
de Maracaibo.
“Estoy muy feliz porque esto es una
recompensa al sacrificio, a la constancia y al trabajo, porque nosotros
los toreros venezolanos la tenemos bastante difícil. Son muy pocas
tardes acá y tenemos que emigrar a Perú y otras plazas que quizá no son
del nivel de España y México, pero nos mantienen activos. Le doy las
gracias a la tierra peruana que me ha abierto las puertas”, dijo.
Es la segunda vez que el tovareño de 33
años toca la gloria marabina, ya que obtuvo el galardón en la edición
del 2007, hace ya ocho años.
“Esta es una feria de primera, de las
mejores de Venezuela, y lo que me da más alegría es que salimos
triunfadores los tres toreros, el ganadero y la afición, que salió
complacida. Es un comienzo para levantar la Feria de la Chinita y que el
año que viene sea aún mejor. Cerramos con broche de oro”, reconoció
teniendo en cuenta no solo su actuación, sino también la de sus
compañeros de cartelera dominical (Alejandro Talavante cortó dos orejas y
Daniel Luque tres).
Orellana cortó cuatro orejas y se impuso
a los españoles Talavante, Luque, Manuel Escribano y Esaú Fernández.
Los dos últimos lidiaron el día sábado y solo Escribano pudo cortar una
oreja.
“Es un mérito haber triunfado porque
ellos (los ibéricos) torean 80-90 corridas al año y nosotros 14-15 como
máximo, así que imagínense la diferencia. Salí a por todas, lo demostré
hoy, me tiré encima de los toros a matarlos y gracias a Dios y a la
Chinita todo salió bien”, manifestó.
Orellana utilizó un amplio repertorio de
pases y con sus rodillazos y desplantes cautivó al público marabino. No
obstante, no dejó de reconocer la nobleza del animal: “Los toros
ayudaron mucho hoy. Ellos son la materia prima: si no son buenos, no hay
faena. Lamentablemente había aire y cuando es así no se puede lidiar
porque la muleta no se puede dejar en un sitio para tocar e hilvanar los
muletazos, pero los tres matadores resolvimos”, señaló el andino.
“El primer astado era más repetitivo,
muy bueno, me permitió lucirme. El segundo mejoró la embestida con el
pasar de la faena y al final se entregó. Con la espada me tiré encima,
con mucha fe. La gente siempre estuvo conmigo y por eso estoy muy
agradecido”, subrayó con júbilo y sonrisas el ganador
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