La primera crónica taurina se publico el 20 de junio de 1793
La primera crónica taurina se publico el 20 de
junio de 1793
EL PERIODISMO TAURINO
La primera crónica taurina se
publico el 20 de junio de 1793
EL PERIODISMO TAURINO
La crítica taurina
es un género periodístico genuinamente hispano, diferenciado de
cualquier otro por las características propias de los elementos que intervienen en la fiesta, la naturaleza
del mismo espectáculo y el grado de pasión que alcanza.
La critica puede orientar, sin imponer la vanidad
irresistible de los que creen tienen la razón y conocimiento de todo cuando
sucede en la lidia, porque cada espectáculo tiene la orientación de sus gustos
y sus diferencias. Tampoco puede complacer a todos, aunar sus opiniones y
voluntades, porque esto no está en función del periodista. No queda más postura
lícita y honesta que decir la verdad,
según su real saber y entender, sin contagiarse de la muchedumbre, que en
ocasiones, juzgan a los toreros por lo que hicieron en otras tardes o
temporadas.
Esta debe ser -a mi entender- su cualidad más
sobresaliente. En la crítica, cada maestrillo tiene su librillo. En otro
tiempo, este tipo de narración se le conocía con el nombre de revista, que era
una reseña más o menos escueta. Que periodistas y escritores aficionados
escribían sobre diversas corridas de toros que tenían lugar durante la
temporada taurina. Leyendo muchas críticas de antaño nos quedamos a oscuras,
sin conocer las condiciones de la lidia o sin saber si el torero está por
encima o debajo de las condiciones e inconvenientes del toro.
Las primeras alusiones que daban información de las
corridas de toros –aunque sólo reproducen un detallado resumen de los gatos y
egresos de las corridas celebradas en Madrid- aparecen en 1791 en el periódico
Memorial Literario y Curioso de la Corte de Madrid. Sin duda había interés de
público por saber los ingresos que percibían los Hospitales, al ser, estos, los
propietarios de la plaza de toro.
Pero la primera revista de toros, hecha por tal propósito
aparece el jueves 20 de junio de 1793 en el popular Diario de
Madrid y relataba la corrida de dieciséis toros muertos- seis por la mañana y
diez por la tarde – a manos de los hermanos Pedro, José y Antonio Romero, en la
cuarta corrida que se celebró el lunes día 17. Firmaba aquella. Un curioso, y
anunciaba que continuaría en su
ejercicio si el favor del público le acompañaba era un aficionado minucioso y
detallista en sus informaciones.
Relacionaba de una forma estadística todas las suertes
realizadas, numerando los puyazos, banderillas, pinchazos y estocadas de los
espadas además de los caballos muertos en la lidia de cada toro; así mismo las
incidencias de la lidia, tanto de la mañana como de tarde. Enjuiciaba el comportamiento de cada toro y
la labor del torero de la forma siguiente: “Picaron los seis toros de la mañana
Juan López y Alionso García Colmillo. El primer toro fue de la vacada de don, José Gijón, de Villarrubia de los Ojos del
Guardiana: entró 14 (veces) a varas
y 10 (Veces) a banderillas, no hirió
caballos, y lo mató Pedro Romero a la primera estocada. Por la tarde “Pica los
cinco primeros Manuel Cañete y Miguel Pérez…El segundo toro fue de Colmenar
Viejo: entró a 18 varas y diez banderillas; mató dos caballos a la segunda y
duodécima vara; hirió otros dos; lo mato José Romero a la primera estocada;
saltó este toro la barrera cuatro veces”.
Despide la crónica de la siguiente manera: “Si agrada al
publico esta relación que he hecho con el mayor cuidado, la repetiré en las
funciones que faltan de este año, con mas anticipación. De V. V. su constante
suscriptor y apasionado. Un curioso.
Que Agradó la revista al público es evidente, pues que en
los Diarios de 9 a 10 de julio se insertó la reseña de la quinta corrida. Pero
no tardó en salirle un contrincante a Un Curioso, pues en el Diario de Madrid
correspondiente al 30 de julio aparece una reseña firmada por Juan de Marras,
con la advertencia: “Por si gustan preferirlo a la relación del señor Curioso,
por lo breve, debió entender el Diario y el público que eran mejores las
reseñas de un Curioso que todas las demás revistas de la temporada las volvió a
firma, hasta que una enfermedad le postró en la cama durante este tiempo, otro
aficionado se hizo cargo de las crónicas firmando como: “Un aficionado amigo
suyo”.
La primera publicación dedicada exclusivamente a los
toros- Sólo salieron a la luz pública
doce números, según el bibliófilo Luis Carmena--, que manifiesta las
particularidades de esta corrida, apareció en Madrid en el año 189. Era un
folleto de dos hojas. Se publicaba al día siguiente de la celebración de la
corrida y se limitaba a relacionar de forma estadística todas las suertes,
siendo precursora de una lista determinada de revistas especializadas.
Debemos considerar a Un Curioso el pionero de las
crónicas taurinas, y al Diario de Madrid la primera publicación periódica en
reseña de una corrida de toros. / Fernando
García Bravo- Documentalista taurino.
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