ENTREVISTA Raquel Sanz, viuda de Víctor Barrio
ENTREVISTA Raquel Sanz, viuda de Víctor Barrio
‘Para mí esto sólo ha
servido para quitarme la vida. La de Víctor y la mía’
‘A mí no me duelen esas burlas.
Las ignoro. Y a Víctor le dan igual, pero quiero que caiga todo el peso de la
ley sobre esas injurias’
‘Si esto sirve para cambiar una
ley y que unos cuantos se arrepientan de lo que han dicho, me sentiré un poco
más liberada’
‘Si con la muerte de Víctor se
consigue que la sociedad se dé cuenta de que no se puede menospreciar
a los toreros, Víctor ahí arriba estará satisfecho’
‘Recuerdo a los toreros en el
funeral de Víctor sabiendo que al día siguiente tenían que torear. Admiro su
capacidad de aguante, de perseguir un sueño’
La viuda de Víctor Barrio, en la Portada del 12 de julio
de ABC I ABC
MARIBEL PÉREZ >
Madrid
Se le quiebra la voz al otro lado del teléfono. Un
sobrecogedor hilo responde primero, al borde del llanto. Con el dolor amargo
adentrado en las entrañas. Se le ‘ha ido la vida’. ‘Partidas’ la suya y
la de Víctor. Ese amor con el que se casó hace dos años. Es Raquel
Sanz, viuda del torero Víctor Barrio, quien perdió la vida entre las
astas de un toro el pasado sábado en Teruel. Desgarran sus palabras. Su
desaliento. Tragedia infinita unida ahora a las salvajes, podridas e inhumanas
vejaciones de las cloacas más nauseabundas de las redes sociales. De flaqueza
saca fuerzas para sacar ese nudo clavado en la garganta. Poco a poco aflora la
entereza. La entrevista le sirve en cierto modo de terapia.
– MUNDOTORO: Raquel, sólo tener que hacer esta
pregunta ya duele, pero ¿cómo te encuentras?
– RAQUEL SANZ: ‘(Largo suspiro) No tengo
palabras para describirlo… Rota… con la vida partida,… No sé… Se ha ido mi
vida… No sé… Intentando pasar día a día… Como puedo, gracias a que estoy muy
bien acompañada pero uffffff… Me queda tanto… que no quiero ni pensarlo…’
– MT: Después de una desgracia así, ¿continúas
pensando lo mismo que pensabas sobre los valores del toreo? ¿O ahora existe
algo de rencor?
– R.S: ‘Todo lo contrario. Creo que ahora veo todavía más
a los toreros más héroes, más valientes, más seres especiales, algo que la
sociedad actual debería reconocer aún más. Recuerdo a esos toreros cuando yo
les veía allí en el funeral de Víctor y estaban allí y sabían que al día
siguiente o dentro de dos días tendrían que volver a vestirse de luces o dentro
de un mes, o no saber cuándo se van a volver a vestir de luces… Esa capacidad
de superación, esa capacidad de aguante, de perseguir un sueño… Son héroes, son
seres especiales… Una maravilla… Todos sabemos los que conocemos un poquitín
este mundo lo difícil que es, lo injusto… pero también me he dado cuenta estos
días de la gran familia que también es este mundo del toro, que es
impresionante’.
– MT: Acostumbrados a ver volteretas, cornadas y
percances a diario, ¿crees que los que se dedican a esta profesión y los que la
rodean son conscientes de verdad del verdadero riesgo de la muerte?
– R.S: ‘Creo que los que se ponen delante del toro por
supuesto que son conscientes, por eso hay muchos que no llegan, que se tienen
que ir y cambiarse de profesión porque saben que no son capaces de dar su vida
por esto. Por eso los que se quedan tienen ese valor añadido.
Quienes no somos conscientes muchas veces somos la otra parte
del mundo del toro: esos señores que se ponen a chillar desde el tendido
mientras un hombre se está jugando la vida, que puede estar haciéndolo bien o
no tan bien para él pero el toreo es una liturgia y tiene unos ritos y hay un
momento del festejo en el que el público tiene que dar su veredicto, aplaudir,
sacar un pañuelo o pitar o abuchear, pero no mientras una persona se está
jugando la vida y eso no quiero que se le olvide a nadie, ni al aficionado ni
tampoco a la sociedad, porque hay que respetar a los demás. Respetar a tus
semejantes por encima de todas las cosas. Te puede gustar o no gustar lo que
hagan, pero la vida humana es lo primero en este mundo’.
– MT: Ante una tragedia así, resulta muy
desagradable hablar de la rentabilidad de la muerte. Pero en los tiempos que
corren, ¿la muerte tiene algún valor añadido en la sociedad? ¿De alguna forma
esto puede servir para algo?
– R.S: ‘Para mí esto sólo ha servido para quitarme la
vida. La de Víctor y la mía. Pero si con esto se consigue que todos los
estamentos taurinos, la sociedad española en general y el mundo entero se dé
cuenta de que los toreros son personas que se ponen delante de un toro, de que
no se puede menospreciar la vida de esas personas porque a tí no te guste lo
que hagan o no te aficione, por lo menos yo creo que Víctor ahí arriba tiene
que estar un poquito satisfecho. Él siempre fue de hablar muy a las claras, con
vosotros, y con todo el mundo. Siempre expresaba su opinión y siempre con
humildad e intentando hacer entender y explicando las cosas… Y según le están
tratando ahora a él, pues…’
‘Pero a mí no me duele… De hecho lo ignoro totalmente. Y a él
le da igual, pero lo que sí que espero y en lo que sí confío es que hasta donde
llegue la ley, que caiga todo el peso de la ley sobre esas injurias, esas
calumnias, esas manifestaciones de enaltecimiento del terrorismo y de asesinato,
e incitación al odio. Sé que existe un vacío legal en las redes sociales. Yo
soy profesional y soy consciente de ello, pero si esto sirve para que se pueda
modificar una ley, para que unos cuantos se tengan que arrepentir toda su vida
de las cosas que han dicho, etc… Pues bueno, no es que esté satisfecha, pero al
menos sí me sentiré un poco más liberada.’
– MT: Si tuvieras alguna amiga que fuera esposa de
un torero y te pidiera que le ayudaras a que dejara de torear, ¿lo harías?
– R.S: ‘Le diría que es imposible. Mira, cuando yo empecé
con Víctor él no era torero, a él le gustaban los toros e iba a las capeas, a
los encierros, pero aún no toreaba, porque empezó tarde en esto. Pero
casualmente cuando empezamos a conocernos toreó una becerrada de camarero, le
vio Josele y le empezó a meter el gusanillo, y a decirle que lo tenía que
intentar de verdad.
Así fue cuando empezó a plantearse a dejar su trabajo y
decidió que tiraba para adelante. Entonces dijo en casa que lo iba a intentar,
pero claro, había momentos que dudaba y me decía: ‘¿Qué hago, lo intento o lo
dejo…?’ Y recuerdo que una prima suya me dijo una vez: ¿Y tú por qué no le
dices en esos momentos: ‘Pues no, déjalo, olvídate… Es una chorrada, cuando
quieras vas a una capea, tienes amigos ganaderos y cuando quieras vas a torear
una vaca y tal’. Y yo le respondía: ‘¿Quién yo? ¿Yo le voy a decir eso para que
el resto de su vida me pueda estar diciendo que no ha podido cumplir su sueño
por mi culpa? Díselo tú, que eres su prima de toda la vida y yo he sido la
última en llegar’…’
‘Jamás, jamás se me hubiese ocurrido decirle algo así. De
hecho, acabo de estar hablando con un amigo que tiene un hijo que es cortador y
lo pasa fatal. Él no va nunca a verle y quiere que se quite y que no recorte
más. Y me ha llamado ahora y lo único que le he dicho es: ‘Déjale, porque el
destino está marcado, y donde tenga que ser, será y si por lo menos es haciendo
lo que le gusta y lo que él ha decidido y es su pasión, déjale… Es muy duro…’
‘Cuando veía a todos los toreros en el funeral, estuve a
punto de decirles a todos: ‘¡Dejarlo todos!. ¡No, no! ¿Por qué? ¿por qué…?’ Ni
yo puedo entenderlo, sólo ellos entienden ese veneno que ellos dicen y nadie
les podemos decir que no. Además, yo sé que si alguna vez le hubiera dicho a
Víctor: ‘Déjalo o déjame a mí, me hubiera dicho: ‘Te dejo a ti’ (risas) Estoy
segura. O sea que si alguna mujer me lo preguntase le diría: ‘Tú veras lo que
quieres a tu marido, si quieres seguir con él me parece que te va a tocar
sufrir’.
– ‘Quiero añadir una cosa más: Pedimos respeto a los
aficionados, a la sociedad, pero también me gustaría pedir respeto a los
propios profesionales del toro. Respeto por sí mismos. Por su dignidad. Porque
su trabajo aparte de jugarse la vida, hay que pagarlo, y hay una ley que
establece unos mínimos y unos honorarios y que hay ser honrado con uno mismo,
porque si nosotros mismos no respetamos nuestra profesión, no lo va a hacer
nadie. Y si nosotros le quitamos valor de la forma que sea, o saliendo con
fotos de cornadas como de quien tiene un arañazo, o yendo por debajo de lo
legalmente establecido, o incluso gratis por torear, a ver si así tengo más
oportunidades, así somos nosotros mismos los que le estamos quitando el valor,
inmenso e inconmensurable que tiene el toreo’.
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