Colombia sella la paz con las FARC tras 52 años de guerra
Colombia sella la paz con
las FARC tras 52 años de guerra
Tras casi 4 años de
negociaciones en Cuba, lo firmaron ayer el presidente Juan Manuel Santos y
el líder insurgente Timochenko. Ahora, debe ser ratificado por un plebiscito,
el domingo.
Con un proyectil de fusil convertido
en bolígrafo, y en medio de las lágrimas y aplausos de 2.500 personas,
Timochenko, máximo comandante de la guerrilla más antigua del continente y el
mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, firmaron a las 17.35 locales (las
19.35 de la Argentina) de ayer un histórico Acuerdo de Paz en la bella
Cartagena de Indias que pone fin a un conflicto de 52 años de existencia en la
nación andina.
Al suscribir el pacto, los rebeldes ofrecieron un “sincero perdón” a sus
compatriotas por el dolor causado y, pese a advertir que no renunciarán a sus
banderas, prometieron no volver a usar las armas para alcanzar sus ideales.
Mientras tanto, Santos, compungido hasta las lágrimas, dio a las FARC “una
calurosa bienvenida a la democracia”, al tiempo que reconoció frente a sus
compatriotas y los voceros de la comunidad internacional que el acuerdo que
firmó “es imperfecto”.
“Ofrezco sinceramente perdón a las víctimas por todo el dolor que
pudimos causar por el conflicto”, aseguró Rodrigo Londoño, alias Timochenko,
máximo líder rebelde en el momento más emotivo de su discurso. Los asistentes
–entre ellos centenares de familiares de las víctimas y representantes de
decenas de países del mundo– estallaron en júbilo, por tratarse de uno de los hechos
que con más vehemencia pedían a los rebeldes: el reconocimiento público de
perdón por el dolor causado.
En su intervención, Timochenko se refirió al mandatario colombiano como
un “valeroso interlocutor” al tiempo que advirtió que en el acuerdo no hay ni
vencedores ni vencidos: “Aquí nadie ha renunciado a sus banderas”, aseguró el
líder rebelde que recibió una ovación de parte de los 2.500 asistentes a la
ceremonia en una céntrica plaza del exclusivo balneario caribeño.
A su turno, Santos admitió que el acuerdo firmado no es perfecto. “Todo
pacto de paz es imperfecto, porque se trata de ceder en las pretensiones, pero
prefiero un acuerdo imperfecto que salve vidas a una guerra perfecta que nos
deje más muertos”, aseveró el mandatario, que interrumpió varias veces el
discurso debido a las lágrimas. Una guerra interna que dejó más de 200.000
muertos.
Santos y Timochenko firmaron la paz en una sobria ceremonia a la que
asistieron, entre otros, el Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki Moon,
de un representante del Vaticano, Jefes de Estado de 15 naciones
latinoamericanas, entre ellos el argentino Mauricio Macri, delegados europeos y
del Secretario de Estado estadounidense, John Kerry.
Entre tanto, en las principales ciudades colombianas cientos de miles de
ciudadanos se congregaron en emblemáticas plazas y sitios públicos para seguir
la transmisión de la firma. Con el grito “Sí se pudo” y “Paz, Paz, Paz”, los
colombianos manifestaron su alegría por el que ha sido llamado por analistas
como “el hecho político más importante del siglo” para este país de poco más de
poco más de 47 millones de habitantes. En contraste, un puñado de personas,
alrededor de 500, se reunieron en torno al ex presidente Alvaro Uribe
(2002-2010), también en Cartagena, para expresar su rechazo a la firma de la
paz. Ese sector argumenta que el Gobierno entregó demasiadas concesiones a los
rebeldes a cambio de la firma de la paz.
Para que el Acuerdo con las FARC sea refrendado, la legislación exige
que el próximo domingo acudan a las urnas más de 4,5 millones de colombianos,
de los 35 millones aptos para sufragar. Si el NO llegase a alcanzar la mayoría,
las negociaciones quedarían sin piso y los rebeldes regresarían a la selva. Con
el acuerdo se logró consenso frente a temas de tenencia de la tierra, combate
al narcotráfico, participación política de las FARC, resarcimiento a las
víctimas y la llamada “justicia transicional” para deslindar responsabilidades.
Horas antes de la firma del Acuerdo, el FMI recordó que ese organismo
tiene una línea de crédito con Colombia por 11.000 millones de dólares para
colaborar en el pos conflicto.
Con la firma del Acuerdo, y la posterior refrendación por la mayoría de
los colombianos, los rebeldes se convertirán en partido político y
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