Colombo, el segundo de esos mágicos toreros que nacen
cada 100 años otro Cesar!
Que aparecen cada 100 años.
Por: Giovanni
Saavedra
“El Zamurito”
En este contexto, faltaba ese tercer toreo, ahora hay muchos
jóvenes y muy buenos, pero que no llegan a ese nivel de exigencia que ha puesto
el universo para provocar el cambio necesario, como ocurrió hace poco más de
100 años con Cesar Giron, Cesar Faraco, Morenito de Maracay gracias a su
portento, dieron motivo durante un siglo pleno de tantos toreros tan
importantes, que provocaron la necesaria evolución del arte del toreo.
No obstante, de pronto, aparecieron los figurines actuales,
quienes consiguieron limitar a la tauromaquia con base en su reprobable
comodidad, llevándola a una estancia en la mediocridad, en las miserias
taurinas, y con ello, la condujeron a la indiferencia del gran público.
Pero…
A, Jesús Enrique Colombo, le he visto como
inició su andar torero. Un simpático chiquillo juguetón, que me lo presentó su
padre en la Tàriba soñada antes de ir a
formarse a Colombia España, México y Perú pasando luego por Francia. Ahí en la Península, comenzó a escribir una
historia tan importante, que ahora mismo está a punto de consolidar esa tercia
de toreros que nacen cada 100 años, para darle sustento a un arte tan mágico,
mítico como trascendente:
Con arte, clase y valor del toreo.
Ha nacido para la tauromaquia, el segundo de esos toreros que aparecen cada 100 años, Manolo Vanegas y Jesus Enrique Colombo.
Dos jóvenes toreros
que si no hubieran ido a España y Francia no habría pasado nada, pero para fortuna de
ellos, y de la Tauromaquia, su paso, consolidación en España y Francia les ha llevado a lo que dicta el universo, la
historia, el futuro del arte del toreo…
… ¡sí!, llegaron de América a España, de Venezuela, pero ahí
está también la influencia de España, que dejó sus profundas raíces y, que,
ahora esas raíces tenían la necesidad de ir a España para fortalecerse y
florecer con una fuerza inaudita.
Ahí están ya esos tres toreros que cada 100 años nacen,
habrá que confrontarlos y combinarlos con todos los demás jóvenes con
argumentos, para darle ese tan necesario aire renovador, que devuelva el
oxígeno a nuestro amado arte del toreo…
… ¡claro!, todo bajo la indiscutible premisa que debe
prevalecer tarde a tarde y en todos los cosos taurinos del mundo:
¡El toro auténtico para el torero de verdad!
Arte clase y valor!
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