El artesano de las banderillas y varas
Auténticas y profesionales banderillas de toreros, que también se denominan rehiletes o garapullos, aunque estas acepciones son menos conocidas, es un palo delgado que se recubre de papel picado y que tiene un hierro en el extremo a modo de arpón. Se colocan por los banderilleros, a veces también por los espadas, después de la suerte de varas con...
El picador es, en las corridas de toros, el encargado de preparar al toro para el tercio de muleta. Lleva la responsabilidad del toreo a caballo en las corridas de toreros de a pie. Utiliza una vara larga denominada puya, con la que trata de ahormar la embestida del toro. Los picadores visten de oro al igual que el torero debido a que en la tauromaquia antigua desempeñaban un papel protagonista
Por Giovanni Saavedra
“El Zamurito”
gsaavedra368@gmail.com
Los palitroques o banderillas son palos de madera adornados
con papeles de colores que se utilizan en su tercio. La función de las
banderillas es avivar al toro, después de la suerte de varas en la que la puya
hace el toro humille agachando su cabeza las banderillas hacen que el toro se
excite, embista y entre al engaño. Antiguamente las banderillas molestaban a
los toreros porque quedaban muy levantadas, en la actualidad las banderillas al
ser clavadas se parten por la parte donde está el arpón de acero, esto hace que
la banderilla caiga y que no sea tan molesta. Las banderillas suelen ser
clavadas por los subalternos o banderilleros. En ocasiones son clavadas por los
mismos toreros para ganarse al público y obtener más trofeos. Pregunte
disponibilidad de modelos y colores. Para cualquier consulta contacte con
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La puya la herramienta del picador |
La puya
EL ARTE DE PICAR
Picar al toro tiene en principio dos objetivos: debilitarlo y obligarle a humillar la cabeza. El debilitamiento se consigue creándole una gran hemorragia . lo cual es posible gracias al cordel que cubre la parte trasera de la puya. Así, esta, además de cortar los músculos, los machaca, y la herida que produce es bastante más sangrante que la que se produciría con sólo un corte afilado. humillación (suelen emplear el eufemismo de ahormar al toro). Con dichos músculos hechos papilla, el animal no es que humille, es que no puede levantar la cabeza, lo cual imposivilita el posterior lucimiento del matador y, sobre todo reduce el riesgo de la cogida tanto durante el toreo de muleta como en el momento de entrara a matar y descabellar. También pierde fuerza y sienta dolor cuando intenta cornear de abajo a arriba.
Los tres puntos
fundamentales.
1. Descubrir las
condiciones de bravura, temperamento y comportamiento del toro. En ese momento
es cuando se aprecia si es bravo o manso; si es fijo o distraído; si es pronto
o tardo; si humilla, si recarga, si embiste apretando con un pitón; si trata de
quitarse la vara y hace sonar el estribo; si es fuerte o blando y muchas cosas
más. Información importante para el matador, que ha de lidiarlo, y para el
ganadero que actuará en consecuencia para hacer las correcciones genéticas y de
selección necesarias para mejorar su ganadería.
2. Ahormar al toro
para su lidia y muerte, mediante puyazos breves, bien colocados y dosificados,
restándole poder y corrigiendo defectos de su embestida.
3. Cuando las
condiciones son las propicias, crear belleza con el espectáculo incomparable
del toro bravo en acción: Cuando se arranca con alegría al caballo y recarga,
retorciendo la cola –indicador inconfundible de genio y bravura- y puesto
nuevamente en suerte, repita una, dos, tres y más veces, sin acobardarse. El
matador que se topa con un toro de esta naturaleza, está en la obligación de
lucirlo para beneplácito del público y -¡Cómo no!- de su criador. A tal efecto
habrá de ponerlo en suerte cada vez más lejos del caballo para que, llegado el
caso, se le pueda ver arrancarse de lejos galopando a un cuarto puyazo. Es el
espectáculo del toro hecho realidad y quien tenga la oportunidad de verlo –tan
solo una vez en su vida- no lo olvidará jamás. y un mínimo de tres
puyazos.
Las banderillas
El Reglamento merideño exige que "las banderillas deben ser de modelos que se retrotraigan o cuelguen tras su incursión, con empuñadura de madera no superior a 22 milímetros de diámetro y con una longitud total del palo, incluida la empuñadura, no superior a 70 centímetros, y de un grosor no superior a 18 milímetros de diámetro… El arpón será de una longitud no superior a 60 milímetros, de los que 40 milímetros serán destinados al arponcillo, que tendrá una anchura máxima de 18 milímetros".
El color de los palitroques
es muy variado y sus combinaciones también lo son, aunque predominan los de la
bandera nacional y los verdiblancos. En el centro del palo de las banderillas negras hay siete centímetros de rizado
de papel blanco. El color amarillo es muchas veces rechazado por los toreros
por superstición. Matadores-banderilleros como utilizan banderillas propias y son más cortas y gruesas que las
reglamentarias.
Para cada
corrida tiene que haber preparados 30 pares de banderillas más siete
divisas, que son las escarapelas o cintas con los colores de la ganadería que,
liadas a un arpón, se clavan en el morrillo del toro antes de salir por los
chiqueros.
El banderillero (también llamado rehiletero) es el encargado de insertar las llamadas «banderillas» en el cuerpo del animal, |
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