Los enanitos toreros, cuestionados, una vez más / por Pla Ventura
Decían
los enanitos, días pasados, en un programa de TV que no entendían cómo
podían haber seres tan desalmados que quisieran privarles de su trabajo
que, en realidad, como ellos dicen, se sienten artistas por los cuatro
costados, algo que pueden desarrollar dentro de una plaza de toros para
que se ría la gente; ninguna persona bien nacida se ha reído jamás de la
estatura de estos hombres de bien que, repito, nadie debe de quitarles
su sagrado derecho para ganarse la vida dentro de una plaza de toros.
Los enanitos toreros, cuestionados, una vez más
Ahora que se habla de libertades y se les llena la boca de ello a tantos seres despreciables y malignos como existen dentro de la izquierda de España,
ellos, lo único que saben es prohibir que, como es evidente, es lo que
les produce gusto y placer. La izquierda se inventó para prohibir, para degradar al ser humano
como tal y, eso sí, mientras tanto, ellos se autoproclaman como los
salvadores de la patria y, mientras todo eso sucede, en las urnas, les
siguen votando todos los pobres de espíritu, que no son otros que
aquellos que siguen creyendo que Papá Estado todo lo resuelve cuando en realidad, es todo pura mentira.
Existe un colectivo admirable como son los enanitos toreros
que, para su fortuna, desde hace más de cien años encontraron en el
ámbito de los toros una forma de ganarse la vida, algo hermoso que nadie
en el mundo discutió hasta ahora, claro; hasta que llegaron esos mal
nacidos que dicen defender al ser humano y, como las pruebas demuestran,
lo único que hacen es envilecer a muchos colectivos de personas que se ganan la vida de forma honrada.
Como
digo, hace más de cien años que, ese combinado de hombres pequeñitos
encontraron en el mundo de los toros una forma honrada de ganarse la
vida puesto que, como la gente sabe, El Bombero Torero fue un espectáculo que circuló durante muchísimos años por España y América
y, por supuesto, nadie les cuestionó; es más, ocurría todo lo contrario
porque estas personitas hacían las delicias de niños y mayores en todas
las ferias taurinas por excelencia. Eran, siguen siendo artistas
cómicos que, para su fortuna, dentro de los ruedos encontraron un modo
de vivir con dignidad y decencia sin que nadie les cuestionara por
aquello de su reducida altura. Como me contaba uno de ellos, muchos no
han crecido más de tanto que les pesan los huevos.
Pero como quiera que todos los colectivos de izquierdas que aplauden al
mundo gay, los matrimonios homosexuales y demás ditirambos absurdos,
cuando ven que unas personas se ganan la vida de forma honrada hay que
ir a por ellos, al precio que fuere, pero para quitarles el pan y
llevarles a la miseria. Recordémosle a la gente que, la cuestión no es
nueva porque la izquierda
siempre nos llevó a la hecatombe que, en realidad, no es otra cosa que
la miseria al más alto nivel. ¿Acaso faltan pruebas de los que digo? Si
os faltan es que habéis perdido la memoria, amigos.
Debido
a múltiples presiones al respecto, han muerto muchos de esos
espectáculos que le daban vida y sentido a unos hombres admirables que,
pese a su corta estatura, eran dueños de un grandioso corazón. En la
actualidad tenemos el espectáculo Diversiones en el Ruedo en el que, Daniel Calderón,
su director, es el que hace las delicias de grandes y mayores con un
espectáculo tan bello como entretenido. Fijémonos que, ha sido en Jaén,
en la última feria del año donde han conseguido el último éxito de esta
campaña y, como no podía ser de otro modo, los hijos de mil padres de
turno, han atacado al ayuntamiento jienense y, por supuesto, a Alberto García,
el empresario que les contrató. Recordémosle a tanto mal nacido que,
dicho espectáculo es totalmente legal y nadie puede cuestionarlo.
Decían los enanitos, días pasados, en un programa de TV que no entendían cómo podían haber seres tan desalmados
que quisieran privarles de su trabajo que, en realidad, como ellos
dicen, se sienten artistas por los cuatro costados, algo que pueden
desarrollar dentro de una plaza de toros para que se ría la gente;
ninguna persona bien nacida se ha reído jamás de la estatura de estos
hombres de bien que, repito, nadie debe de quitarles su sagrado derecho
para ganarse la vida dentro de una plaza de toros.
Pero
es que además de artistas, gracias a su trabajo pagan impuestos como si
midieran dos metros. Esa izquierda rancia y absurda, ahora que están en
el poder, en vez de cuestionar el trabajo de los enanitos, lo que
deberían de hacer es darles una subvención mensual, quitarles los
impuestos para que puedan vivir con dignidad. No les darán nada, pero sí
les quieren robar el sagrado derecho para ganarse la vida con honradez,
no como hacen muchos políticos que viven de ese cuento porque son
incapaces de trabajar en nada.
La
maldita izquierda de este país siempre se para en lo superfluo porque
lo que se dicen problemas serios, de esos no abordan ninguno. Para
ellos, cambiar nombre de calles, prohibir los toros, sacar a Franco del Valle de los Caídos, fomentar
el mundo del mariconeo, todo eso y mucho más les sale bordado; pero
buscar soluciones a los problemas serios de España, de eso no se
enteran; y, lo peor no es que no se enteren, es que no tienen ni puta
idea de cómo solventar los grandes problemas que nos atenazan. A
cualquiera lo hacen ministro, ¿verdad, Marlasca? A su vez, que nadie lo olvide, el próximo ministro del PSOE será Miguel Iceta que, naturalmente, requiere TODOS los requisitos izquierdosos para el cargo. ¡Hay que joderse con estos personajillos!
En
esta España tan podrida como tenemos en la actualidad, aquí tiene
cabida cualquier cosa; si se trata de prohibir, como decía, los
socialistas con unos auténticos especialistas en ello y, claro, el
colectivo de enanitos no podía escapar de su círculo de prohibiciones.
Podían, eso sí, esos que prohíben y que están tan cerca del poder,
emplear a todos los enanitos como ujieres del Parlamento, por citar un
lugar emblemático y, de tal modo se evitarían en ajetreo que supone ir
de una ciudad a otra para ganarse el sustento diario.
El
colmo de la locura, como digo, no es otro que atacar al mundo del toreo
en su versión cómica; como no han podido todavía erradicar la fiesta de
los toros, ahora atacan a la parte más débil que no es otra que los
enanitos toreros. Pobres personitas que se pueden quedar sin trabajo
como yo me quedé sin abuela. Y pese a tanta insensatez, a la izquierda
les siguen votando. Coño, que no se acuerdan de aquel descerebrado con
cara de retrasado mental que no llevó a la ruina. Claro que, una cosa es
recordar un pasado, pero temer al futuro incierto que se nos viene
encima, no es que lo pagarán caro los enanitos, lo pagaremos todos
porque la crisis que se avecina será muy superior a la que vivimos hace
una década. Y mientras todo eso sucede, un judas como Pedro Sánchez
sigue mintiendo en las tribunas donde diserta. Claro que, lo grave no es
que Sánchez mienta que es su tarea habitual, lo triste de todo es que
haya memos que le sigan creyendo.
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